Texto: Perla Castrillo

En condiciones de libertad, los caballos presentan una conducta sexual marcadamente estacional, tendiendo a concentrar la época de partos durante el inicio de la estación cálida. Los caballos son animales originarios de lugares con un clima frío, con lo cual la mejor época para dar a luz es el final del invierno o el principio de la primavera; así que la monta debe tener lugar en primavera.

Aunque existen diferencias entre las distintas zonas de la Tierra, la estación reproductora comienza poco tiempo después del equinoccio de primavera y acaba con la llegada del equinoccio de otoño.

El principal mecanismo que regula la aparición de conducta reproductora en un momento determinado es la proporción de horas de luz que tiene el día en relación con las de oscuridad. ¿Cómo captan los caballos este dato? Esta información sobre las horas de luz es captada por los ojos, y transmitida a una zona del cerebro donde se regula la producción de una hormona llamada melatonina, responsable en última instancia de la aparición y desaparición de la conducta sexual de la yegua a lo largo del año.

Fertilidad en estado natural
La fertilidad de las yeguas en estado natural es muy superior a las que están en cautividad; podemos hablar de un porcentaje de fertilidad del 95% en las yeguas que están en libertad, mientras que en cautividad este porcentaje se puede ver reducido prácticamente a la mitad.

La yegua solo se muestra receptiva durante un periodo de tiempo y muestra preferencias –en libertad – a la hora de aceptar o no a un macho. En cambio, el semental presenta conducta sexual durante todo el año. La conducta sexual de los caballos se caracteriza por una fase de cortejo larga y una de monta corta, en torno a un minuto de duración.

La yegua presenta un ciclo sexual que se repite aproximadamente cada 21 días, y finaliza bien cuando un macho consigue fecundarla o cuando concluye la temporada reproductiva. La primera fase de la conducta sexual de una yegua está destinada a atraer la atención del macho; dicha receptividad puede confirmarse observando su postura corporal: apartan la cola hacia un lado dejando el clítoris expuesto y miccionando frecuentemente, liberando así feromonas sexuales al ambiente, información muy valiosa para los machos presentes. Una vez que el caballo detecta a una hembra en celo se inicia la fase de cortejo, que puede durar varios días. El éxito de la monta depende de que el macho tenga una erección completa y este hecho se relaciona en libertad con la cantidad de juego sexual previa a la penetración. La postura del caballo durante la fase de cortejo es bastante característica, es la llamada “ Conducta de Flehmen”. Tras la fase de cortejo y si la hembra consiente tiene lugar la monta. En condiciones naturales un semental puede montar a varias hembras en un solo día.

Al igual que las hembras los machos en libertad muestran preferencias a la hora de escoger su pareja sexual. Los sementales evitan montar a aquellas hembras con las que han tenido un mayor contacto social. Es una estrategia muy importante desde el punto de vista evolutivo ya que así se evita el apareamiento entre caballos emparentados y se previene la consanguinidad.