Carlos del Amo y Borja Martín, emprendedores de Villabrágima, son los nuevos gerentes del espacio municipal de El Torno

El pasado viernes ha sido un día importante para Medina de Rioseco y para toda la comarca de Tierra de Campos. La apertura de Gōhīs Gastroclub llenó de nuevo las dos salas de El Torno, un edificio municipal que data del siglo XVI. Tras más de año y medio de intenso trabajo, por fin llegó el día para volver a abrir las puertas en un nuevo establecimiento hostelero en nuestra ciudad.

Gōhīs Gastroclub es una idea de dos amigos emprendedores, Borja Martín y Carlos del Amo, quienes han decidido apostar claramente por Rioseco y por la comarca de Tierra de Campos con este proyecto gastronómico y de fiesta. En palabras del propio Carlos del Amo en la inauguración el cambio de El Torno a Gōhīs Gastroclub se debe a “un cambio de concepto” ya que “una de las salas será restaurante y la otra será para fiestas”.

Con una inversión de más de medio millón de euros en cocina, adaptación a la normativa para accesibilidad y en los baños, pretende ser un referente en el municipio, en la comarca y por qué no, en toda la provincia. De momento, abren de viernes a domingo, la cocina en horario de 13:00 a 16:00 y de 20:00 a 23:00 horas, mientras que la sala de fiesta tendrá un horario de 20:00 a 04:30 horas los viernes, los sábados de 13:30 a 04:30 horas y los domingos de 12:30 a 00:00 horas. Para empezar, contaron con música en directo y este fin de semana ya tienen programadas distintas sesiones de DJ. El restaurante cuenta con una carta variada donde priman los productos de kilómetro cero, ya que ellos mismos poseen explotaciones ganaderas en municipios cercanos a Medina de Rioseco.

En la inauguración, el alcalde David Esteban tuvo unas palabras para los jóvenes emprendedores tras decidirse a dar este importante paso y animó a los presentes a “apoyarles como tiene que hacerse en estos casos: viniendo a comer, a cenar, a tomar algo, a divertirse y pasárselo bien en un lugar emblemático”. Asimismo, agradeció a los familiares y amigos de los dos propietarios porque también “pasan desvelos y están ahí siempre, en cada decisión y en todos estos meses de durísimo trabajo”.

Cabe recordar que, en 2024, tanto Borja como Carlos se convirtieron en adjudicatarios para la explotación de este edificio municipal con una duración de diez años.