Fotografías: LAURA AGUADO
Villafrechós celebró el pasado Lunes de Pentecostés la bendición de los campos. Después de la liturgia las imágenes de San Isidro, la Virgen de Cabo y San Isidoro procesionaron por los alrededores de la localidad.
Al la salida de misa en la ermita de Cabo los quintos y quintas, junto al tradicional arco floreado, invitaron a rosquillas a los vecinos, tal y como manda la tradición en Villafrechós.
La anécdota de la jornada la puso el ‘accidente’ que sufrió la imagen de San Isidoro, que cayó al suelo sufriendo daños en parte de la barba y el manto. El suceso ocurrió después de la bendición del campo, cuando los fieles y las propias imágenes abren paso a la Virgen de Cabo y al girar el santo se precipitó al suelo, al parecer porque no estaba bien atornillado a las andas.