El nuevo propietario del Real Valladolid acompañó a toda la plantilla en la comida de inicio de temporada

La fiebre por Ronaldo llegó hoy a la Santa Espina con motivo de la tradicional comida que el Real Valladolid celebra cada año en el Restaurante ‘El Rincón del Labrador’ y que da inicio a la temporada blanquivioleta.

Tras completar el entrenamiento, la plantilla pucelana al completo y cuerpo técnico se desplazaron hasta La Santa Espina. Los primeros en llegar fueron los jugadores, a los que entrenador, Sergio González, y su segundo, Diego Ribera seguirían. El nuevo máximo accionista del Real Valladolid y el presidente, Carlos Suárez, se harían de rogar algo más hasta su llegada. “Sabíamos que Ronaldo iba a estar presente en esta primera comida, pero era un secreto que teníamos bien guardado para que no se desatara la locura en el pueblo”, reconoce el gerente del establecimiento, Fernando Martín.

Fueron algunos de los comensales del restaurante de La Espina los que se sorprendieron al ver bajar a ‘O Fenómeno’ de un vehículo a eso de las tres de la tarde. El carioca se mostró muy amable y cercano y no tuvo ningún reparo en hacerse fotos con todo aquellos que se lo pidieron. Incluso al final de la comida. Y es que vecinos de otras localidades como Medina de Rioseco o Castromonte se enteraron de su presencia en el restaurante y se acercaron en busca del codiciado autógrafo. “El comportamiento de Ronaldo fue de 10, ya que fue encantador con todos ellos”, apunta el gerente de ‘El Rincón del Labrador’.

El brasileño y la plantilla del Real Valladolid disfrutaron de queso con 35 meses de curación, cecina de León, puerros de la huerta, ensalada de tomate, revuelto de morcilla, carpaccio de bacalao, pulpo a la plancha, caracoles, huevos fritos, carne a la piedra y postres variados entre los que no faltaron las emblemáticas natillas de la casa. Todo ello regado por un vino de Dehesa de los Canónigos.“La verdad es que Ronaldo ha repetido de todo”, aseguró Fernando Martín. Y “el queso le ha gustado tanto que se ha llevado uno”. Tanto “ha disfrutado que reconoció no tardaría en volver”.

Una comida que a buen seguro “servirá para cargar pilas de cara al próximo partido, contra el Celta de Vigo”, señaló Marín.