Castilviejo ha retomado las clases prácticas y teóricas con numerosas medidas de seguridad y grupos reducidos

Las autoescuelas son uno de los sectores que han podido reabrir el pasado lunes, con la entrada en la fase 2. La Autoescuela Castilviejo de Medina de Rioseco es una de las que comenzó la formación teórica y las prácticas. “Por ahora está yendo bastante bien, el alumnado ha entendido la situación y está concienciado con el protocolo”, explica Patricia Conde, gerente junto a Fernando Pardo de este centro formativo. En cuanto a la demanda, se muestra muy satisfecha; en estos pocos días de reapertura “la afluencia de personas que quieren apuntarse para sacarse el carné de conducir y la de aquellos que tuvieron que interrumpir sus clases y han vuelto es muy alta”.

Sin embargo, se trata de un regreso especial por las medidas de higiene y protocolo. El aula de verano, “en la que ha llegado a haber hasta 35 alumnos ahora solo admite a 12 o 13” debido a la reducción de un tercio de la capacidad. Geles hidroalcohólicos en diferentes rincones de las instalaciones recuerdan a cada aspirante a la L que debe desinfectarse las manos antes del inicio de la formación. Con la mascarilla ya puesta, se sienta en una de las sillas sobre las que reposa un pequeño cartel plastificado con el mensaje “distanciamiento interpersonal, no utilizar”.

También las clases prácticas se han retomado. Tras casi tres meses en punto muerto, el pasado lunes supuso la oportunidad de volver a tomar contacto con el volante, muy especialmente para cuatro jóvenes que iban a examinarse el lunes siguiente a la declaración del estado de alarma. “Han vuelto a subirse al vehículo con ganas, aunque como es normal, el parón hace que el manejo cueste un poco”, comenta Conde.

Asimismo, ha habido cambios en el número de personas que pueden subirse al coche. “Antes acudíamos a Valladolid a hacer las prácticas en grupos de cuatro alumnos y el profesor; hemos tenido que reducir a tres, algo que supone mucho a la hora de reorganizar los grupos”. También se debe cumplir un riguroso protocolo, de forma que cada vez que hay un nuevo turno de conducción  “debemos limpiar el volante, palanca de cambios, freno de mano o cinturón de seguridad”.

Además, durante los próximos meses “el alumnado de invierno y el de verano coincidirán, por lo que hemos tenido que contratar a una nueva profesora”, subraya Patricia Conde. Hay que tener en cuenta que “muchos son jóvenes se desplazan a partir de septiembre a otras ciudades para continuar con sus estudios, por lo que no podemos dejarles en una lista espera”, añade.