Un total de 16 niños y niñas celebraron su primera comunión el pasado domingo

Fotografías: FERNANDO FRADEJAS

La iglesia de Santa María de Medina de Rioseco acogió el pasado domingo 26 de julio un acto tan emotivo como son las comuniones, que en esta ocasión fueron aún más especiales. Este año, a causa de la pandemia de la Covid-19 la fecha de esta este acto religioso se tuvo que modificar y pasar de mayo a julio.

Para poder celebrar este emotivo acto con máxima seguridad, se aplicaron diferentes normas sanitarias; se desinfectaron suelos y bancos de la iglesia. En esta ocasión, el templo riosecano no pudo llenarse de familiares y amigos, ya que “cada niño solo podía estar acompañado por seis personas”, explica el párroco de Santa María y Santiago, Juan Carlos Fraile. Algo que hizo que cada uno de los 16 pequeños que recibieron la primera comunión vivieran el momento “de una forma más íntima y con un mayor interés por parte de la gente”.

Durante toda la celebración los familiares y asistentes a la misa en todo momento mantuvieron la mascarilla puesta y los niños “han estado muy tranquilos”. El momento se vivió “con alegría, gozo y profundidad, tomando conciencia de su significado”, reconoce Juan Carlos Fraile.

Las comuniones en Medina de Rioseco aún no han terminado, ya que aún son 17 los niños y niñas que deben tomar aún su primera comunión. Se repartirán en tres días. Dos niñas participarán en este acto religioso el 15 de agosto; el turno para cuatro pequeños llegará el sábado 5 de septiembre; y diez más más completarán las comuniones en la mañana del día siguiente.

Las habituales catequesis se suspendieron el pasado mes de marzo y se retomaron en junio. Una preparación en la que “se ha puesto el mismo mimo que en otras ocasiones”, reconoce Juan Carlos Fraile.