El artista barcelonés encandiló al publico que se dio cita en el Coso del Carmen

Fotografías: FERNANDO FRADEJAS

A estas alturas, poco podemos decir que no sepamos de él. Antonio Orozco es ya, sin duda, uno de los artistas nacionales que tiene en su poder la toma de relevo de los grandes clásicos del panorama musical de nuestro país.

Melodía, energía, fuerza, garra, pasión y mucho entusiasmo. Muchos son los calificativos que se pueden asociar al cantante de Barcelona en la noche de ayer. Tras unos minutos de espera Orozco y su banda aparecían sobre el escenario del Coso del Carmen de Medina de Rioseco, que presentó una buena entrada, si bien no logró colgar el “no hay billetes”.

Inconmensurable. Así se presentó el artista ante el impaciente público que llegó hasta Rioseco desde distintos lugares del país y también desde la comarca y la propia ‘Ciudad de los Almirantes’.

Interpretó, bailó y se entregó como si la noche no fuera a terminar nunca en cada una de las canciones que el público coreó para convertirse la Plaza de Toros riosecana en una piña sonora. Entregadísimo supo hacer lo que mejor sabe: cantar genial mostrando un registro de lo más melódico no exento de actitud, y divertir mucho al público.

Es gratificante ver como la legión de fans seguía cada una de las ‘órdenes’ del barcelonés. No es para menos, es un lujo escuchar a Atonio Orozco desplegar un registro rasgado llegando al límite de las notas en temas ya clásicos de su repertorio como ‘Ser o no ser’, ‘Devuélveme la vida’, ‘Mi héroe’ o ‘Quiero ser’, tema con el que cerró un concierto que hacía tiempo Medina de Rioseco no registraba.