Los pequeños de la Escuela de Jorge Lorenzo realizaron una exhibición

Los pequeños de la Escuela Lorenzo Competición de Villamayor de Campos realizaron una exhibición en Medina de Rioseco el pasado 30 de diciembre dentro del marco de la programación del ayuntamiento de la ciudad.

La del pueblo terracampino es una de las 25 escuelas de la red que Chicho Lorenzo –el padre del tricampeón del mundo de MotoGP- creó hace varios años.

La filosofía es la misma que la empleada con ‘Giorgio’ hace dos décadas y que ahora se transmite en cada una de las escuelas tras la inauguración de la pionera en Palma de Mallorca en 2010. Eso sí, el método de aprendizaje evoluciona gracias al buen hacer de sus monitores. David González es uno de ellos, un joven de Benavente que abrió a prncipios de 2017 una de estas franquicias en Villamayor de Campos. “Llevaba detrás de este proyecto desde dos años antes porque a mi hijo le gustaban las motos”, explica.

Pero no fue tan sencillo. Porque tras hacer un curso que el propio Chicho Lorenzo impartió, David debía encontrar un espacio que acogiera la escuela. En principio “quería montar este proyecto en Benavente, pero debía ser en un terreno que nos pudiera ceder el Ayuntamiento”. Y es que “una de nuestras prioridades es que las clases sean lo más económicas que podamos para los padres de los participantes”. Finalmente, “gracias al consistorio de Benavente y a las facilidades que el Taller ‘Loyma’ me dio, ya que su dueño es un buen amigo, pudimos arrancar”.

Así pues, consiguieron crear unas instalaciones de lo más completas. Un circuito “con un tamaño considerable, hecho con neumáticos sobre una superficie de cemento en donde poner en práctica todo lo aprendido.

Marco, Beltrán, Artur, Damián, Javier, Leo y Hugo. Son los siete pequeños –entre los cuatro y siete años- que tres días a la semana trabajan a fondo para disfrutar de un deporte que a todos ellos les apasiona. “Es algo que llevan dentro”, asevera David González. Desde que empezó la escuela otros niños han estado algún mes para terminar dejándolo, pero cuando “vienen en verano, con 40 grados, y no se quieren quitar los monos de pilotaje durante tres horas, en que les gustan mucho las motos”.

También “es un sacrificio para sus padres”. Ellos también se involucran en la formación de sus hijos. Con sus petos permanencen junto a sus hijos en todo momento. Todo ello, fomenta un ambiente sano, lúdico y deportivo y sirve también “para que este deporte sea la excusa para que hagan cosas juntos, ya que muchas veces compatibilizar trabajos y pasar tiempo con los niños es complicado”. Y así tres días a la semana. Algo que supune “un esfuerzo más”, ya que algunos llegan desde Toro o Valladolid.

En la escuela “los pequeños aprenden a tener un manejo sobre la moto y no a correr”, apunta David González. Pero sobre todo, vienen “a pasárselo bien y a tener una convivencia con los demás”. Sin olvidar “algo fundamental”, como es el respeto hacia estos vehículos, “ya que en cierta manera hay un riesgo mayor” respecto a otros deportes.

Los alumnos practican sobre unas motos ‘Polini’ de cuatro caballos que pueden llegar a costar algo más de 1.000 euros, si bien “se puenden conseguir más baratas de segunda mano”. En cualquier caso, los padres deben hacer una inversión inicial.

Las clases comienzan con estiramientos y ejercicios claves “para que no se hagan daño en caso de caerse”. Luego, “hacen ejercicios individuales y les cogemos los tiempos, para que se motiven e intenten ir más rápido en función de sus posibilidades”.

Por ahora, los pequeños de esta escuela terracampina han participado en varias exhibiciones, pero el objetivo es que “puedan competir en el Campeonato de España”. Por eso, “los preparamos con una educación y reglas acordes a ello”.

Además, la escuela “está abierta a niños más mayores”, comenta el de Benavente. “En caso de que el alumno tenga diez o más años cogería una moto más grande”. Un vehículo con el que “ofrezco formación para adultos para perfeccionar su postura y forma de pilotaje”.