La Asociación Amigos del Camino de Santiago de Medina de Rioseco elige para su nueva aventura esta traza que se remonta a la época romana y otros pueblos invasores.

Cada peregrino tiene una motivación para comenzar el Camino de Santiago. Algunos inician su andadura por razones espirituales, otros por deporte o cultura. Pero la verdad es que cuando llegamos a Santiago de Compostela no importa tanto la razón. El sentimiento es tan fuerte que se mezcla todo en nuestra cabeza, y esa es la verdadera razón por la que el Camino cambia a todo aquel que lo recorre.

Y así cambió hace 15 años a varios vecinos de Medina de Rioseco, que quisieron vivir esta experiencia. Con Alejandro Ovelleiro a la cabeza, un grupo de unas 25 personas desde los 12 a los 70 años de la Parroquia de Santa María y Santiago quisieron embarcase en este reto emocionante.

La idea de hacer el Camino de Santiago “surgió de Javier Arribas y Carmen Pascual”, recuerda el propio Alejandro Ovelleiro. Este primer año el grupo decidió hacer el Camino Francés, que sin duda es el más popular de todos. “La experiencia salió muy bien; caminamos durante nueve días, llevamos nuestra propia cocina e incluso tiendas de campaña”.

Así nació la Asociación ‘Amigos del Camino de Santiago de Medina de Rioseco’, de la que Ovelleiro ostenta el cargo de presidente de honor. Desde entonces hasta ahora “todo lo que gira en torno a este viaje ha cambiado mucho”, señala el secretario de la agrupación, Jaime Izquierdo.

Y es que el Camino atrae cada año a más de 200.000 personas procedentes de todo el mundo. Desde 1987 el número de peregrinos se ha centuplicado y ha cogido carrerilla especialmente en la última década. “Los que estamos ahora en la asociación comenzamos en 2004, pero cada año se unen nuevas personas”, explica el presidente de la asociación, Mariano Muñoz. Desde entonces “hemos hecho todos los caminos habidos y por haber y nos han acompañado en este viaje no sólo vecinos de Rioseco, también de otros pueblos de la comarca, Valladolid o Madrid”, añade.

Mariano Muñoz hizo el Camino de Santiago por primera vez en 2004. “Siempre tuve muchas ganas de hacer este viaje, un día me topé con un cartel de la asociación en Rioseco y me animé”. En aquella ocasión la agrupación había programado la ruta del Camino Francés en un año que era Santo Jubilar, al coincidir el 25 de julio (festividad de Santiago Apóstol) en domingo.

 

El Camino de Invierno

Tras repetir el grupo el Camino Francés el pasado año con motivo de su 15 aniversario “este año realizaremos el Camino de Invierno”. Será del 22 al 30 de septiembre y “aquellos que nos quieran acompañar pueden apuntarse hasta mediados de ese mismo mes.

Durante un recorrido de algo más de 200 km atraviesa las cuatro provincias gallegas e históricas comarcas, plenas de personalidad y atractivos como las de Valdeorras, Ribeira Sacra o Deza. El Camino de Invierno es la entrada natural a Galicia desde la meseta, un acceso ya usado por los romanos. Se piensa que pudo surgir como alternativa, en época invernal, a la dura subida a las cumbres nevadas de O Cebreiro, por donde penetra en Galicia el Camino Francés, y también para evitar los desbordamientos frecuentes de los ríos del valle del Valcarce.

Arranca desde Ponferrada —antesala de las tierras gallegas, en la comarca leonesa del Bierzo—. Aquí, el peregrino se desvía a la izquierda en lugar de continuar de frente por el Camino Francés. El Camino de Invierno sigue prácticamente el curso natural del caudaloso río Sil por la comarca ourensana de Valdeorras. Luego discurre por el sur de la provincia de Lugo, continúa por la comarca del Deza (Pontevedra), hasta llegar a Compostela. En total, algo menos de 250 kilómetros por las cuatro provincias gallegas.

Los historiadores sitúan el origen de esta ruta en época romana: está documentada una calzada secundaria que partía de las explotaciones de oro de Las Médulas hacia la Vía XVIII, que pasaba por la comarca de Valdeorras, y por donde se evacuaban los yacimientos auríferos. El túnel romano de Montefurado es hoy también prueba de ello.

La ruta fue seguida por diferentes pueblos a lo largo de la historia. También sirvió de entrada, a comienzos del siglo XIX, a las tropas invasoras de Napoleón. Y por ella se construyó, en 1883, el primer trazado del ferrocarril que comunicaría Galicia con el resto de la Península.

El Camino de Invierno atrae por múltiples razones: parte de Las Médulas, Patrimonio de la Humanidad. Atraviesa comarcas como la de Valdeorras o parte de la Ribeira Sacra, territorios de excelentes vinos, cultivados muchas veces en paisajes inverosímiles, y zonas donde el románico se multiplicó en iglesias y monasterios. En 2003, la Ribeira Sacra fue incorporada por el Consejo de Europa a sus Itinerarios de Interés.

Visita el rico patrimonio monumental de Monforte de Lemos, o las bodegas y la arquitectura tradicional de Chantada. Sube hasta el alto de O Faro, desde donde se divisan paisajes de las cuatro provincias gallegas.

En Lalín confluye con el Camino del Sudeste para continuar juntos hasta Compostela. En total, nueve etapas donde el sosiego que preside esta ruta alternativa, poco transitada, es uno de sus principales alicientes.

Por qué

No existe casi nunca una sola motivación al viaje, y es raro llegar a saber el verdadero porqué de un peregrino. La mayoría habla de un búsqueda interior o de un camino hacia uno mismo. “Cada persona –dice Izquierdo- tiene un sentimiento pero la asociación es religiosa y el principio de la peregrinación es la fe”. Pero “jamás vamos a excluir a nadie, siempre que se acople al grupo”.

En este sentido, “el Camino Francés dificulta esa vertiente espiritual, de búsqueda de recogimiento y espiritualidad, porque hay mucha gente”, afirma Ovelleiro.

Además, es una forma de conocer gente. “En el Camino conoces a personas de todo tipo y de muchos países”, explica Mariano Muñoz. Por ejemplo, “una vez recorrí varios kilómetros con una japonesa; íbamos todo el rato hablando aunque no nos entendíamos, tan sólo por gestos”. Muchas veces, “entablas amistad con personas que dura un tiempo”.

Cómo

El Camino se puede hacer de tres formas: a pie, para lo que hay que recorrer al menos 100 kilómetros; a caballo, 125 kilómetros; y en bicicleta, 200 kilómetros.

La mayoría de las personas eligen la opción de caminar, pero antes de ponerse en marcha hay que prepararse. “El camino lo puede hacer cualquier persona y de cualquier edad”, asevera Jaime Izquierdo. Pero hay que estar preparado. “Debemos tener en cuenta que Galicia es una zona de montaña y habrá muchas cuestas en el trayecto”, apunta Mariano Muñoz. Por ello, “las semanas antes de empezar el Camino hay que caminar cada día cerca de una hora”.

En cuanto al equipaje lo más importante es  “hacernos con unas buenas botas, pero nunca recién estrenadas”, afirma el presidente de la asociación.”Al calzado hay que domarlo, ya que si no salen ampollas”, explica Ovelleiro. En este sentido, “es importante cambiar cada día de calcetines, o al menos lavarlos, pero jamás repetir de un día para otro, porque hacen arruga y se hacen heridas”, añade Muñoz. Además, “es importante tener otro calzado, como unas zapatillas, para el albergue”, añade Izquierdo.

Por su parte, “la mochila no debe exceder de los ocho kilos y no debe faltar un chubasquero o una sudadera o jersey para la primera hora de la mañana, que puede hacer fresco”, señala el secretario. Luego, “cada cual debe llevar el pantalón que le sea más cómodo y una gorra”.

El bastón o palo de senderismo tampoco debe faltar. “Es importante para las subidas,-dice Múñoz- pero aún más para las bajadas, ya que te ayuda a frenar”. Colgada del cuello o en la mochila estará uno de los elementos más significativos del Camino: la vieira. “Cada año taladro alguna y se la regalo a nuevos compañeros que nos siguen en este viaje”.  Por último, no debemos olvidarnos de la credencial, que viene a ser el D.N.I. del peregrino. “Se debe sellar al menos dos veces cada día, en el albergue o en la parroquia o ayuntamiento”.

Un día normal

Un día del Camino empieza “Sobre a las 7.00 o 7.45 horas”, afirma Jaime Izquierdo. “Hay etapas más largas que otras y en función de ello nos podemos levantar antes o después”, comenta Muñoz. Pero nunca “nos ponemos en marcha si no ha salido el sol, porque no veríamos las flechas amarillas y además no se disfruta de la etapa”, señala Ovelleiro.

Las etapas oscilan entres los 25 y los 40 kilómetros. “Tras desayunar-dice Muñoz- en el albergue, ya que no debemos ponernos a caminar con el estómago vacío, comenzamos la marcha”. Cada persona “lleva su propio ritmo pero nunca nadie va primero ni último ya que el grupo se apoya entre sí”, explica Izquierdo. Además, “cada persona cuenta con una guía que le hemos entregado al principio de esta aventura, para que conozca todos los detalles del trayecto y los puntos de parada”, añade.

A mitad de camino, “almorzamos un bocadillo –entre las 11.00 horas y las 12.00- hasta que llegamos al albergue y comemos entre las 15.00 horas y 15.30”, explica Alejandro Ovelleiro. Es momento para comer, “antes nos hacíamos la comida pero ahora optamos por un ‘menú del peregrino’, que no pasa de los nueve euros”, dice el presidente de la agrupación. La tarde “es momento para visitar el pueblo, echar la siesta, jugar la partida…”.  Eso sí, “antes de cenar nos reunimos para hablar sobre cómo ha ido el día y corregir algunos detalles si es necesario”, apunta Izquierdo. El albergue apaga las luces sobre las 22.30 horas, pero el grupo habrá cenado antes algo de embutido o latas.

Tras varios días de marcha el peregrino llega a Santiago de Compostela. El secretario de la asociación apunta que  “da igual que sea la primera vez que llegues a la plaza de la catedral o que hayas repetido 20 veces, cuando abrazas la espalda de Santiago Apóstol sale el sentimiento que cada uno lleva consigo y sale a relucir la alegría conjunta del grupo”.

Un camino que finaliza con la entrega de la Compostela, un certificado que se entrega en Santiago a aquel peregrino que haya hecho el Camino. Un reconocimiento por parte de la Iglesia por haber peregrinado en señal de devoción al Apóstol Santiago.

Pero realmente el camino no termina aquí, ya que sólo acaba de empezar “ya estamos pensado qué hacer el próximo año –dice Ovelleiro-, y es que éste no es más que un resumen del camino de la vida, porque todos somos peregrinos en ella”.

Asimismo, la Asociación ‘’Amigos del Camino de Santiago de Medina de Rioseco’ presentará su nueva web este 24 de julio.

Para participar en esta aventura del Camino de Santiago: 651 560 914.