El Castillo de Villagarcía de Campos, conocido también como Palacio de los Quijada, tiene su origen entre finales de S. XII y principios del S. XIII, cuando la corona de Castilla realizó una primera fortificación ante la necesidad de defender la frontera con el reino de León. Se trata de un recinto de planta cuadrangular, rodeado por una gruesa muralla de aparejo de piedra, con relleno interno de adobe. Contaba con dos torres: una de ellas se mantiene en pie y ocupa la esquina noroeste del recinto; la segunda torre desapareció y sobre sus restos se construyó el edificio conocido como Panera.

La Consejería de Cultura y Turismo ha promovido diversas campañas arqueológicas para facilitar el conocimiento preciso de los elementos arquitectónicos que integraban el Castillo y su evolución. Asimismo, ha llevado a cabo actuaciones puntuales de restauración, tales como el acondicionamiento de la torre para facilitar el acceso y la visita a su interior, la recuperación de la portada situada en el lienzo Este, y la limpieza del tablero y foso y la recuperación del pretil del puente que permite el acceso al conjunto por el Oeste, entre otras.

La Panera es uno de los elementos más importantes entre los vestigios que se mantienen del Castillo. Se trata de una construcción de grandes dimensiones, de planta rectangular; su muro de cerramiento Oeste ha desaparecido, lo que afecta a la estabilidad del muro Norte. Con esta intervención, se pretende detener el deterioro de este importante elemento y recuperar la configuración de su envolvente, asegurando definitivamente la seguridad estructural y la estanqueidad de la Panera.

Las obras previstas en la Panera constituyen un paso fundamental para la recuperación del Castillo de Villagarcía de Campos, que es uno de los activos del Patrimonio Cultural más destacados de la localidad. Además del propio interés de su arquitectura, la intervención permitirá un posterior acondicionamiento para la utilización del edificio.