Villabrágima viajó en el tiempo en la tarde del pasado 19 de noviembre para conmemorar la llegada de las tropas comuneras a la localidad. Más de un centenar de personas revivieron un momento que podría haber cambiado la historia. Aquel 18 de noviembre de 1520 pudo ser el último momento para lograr el entendimiento y hallar la concordia con el bando imperial. Y ahora, más de cinco siglos más tarde  el municipio sí vivió un momento de entendimiento y de colaboración ciudadana.  

El frío y la amenaza de lluvia no impidió que  ‘La Noche de las Antorchas’ fuera un éxito de participación y de puesta en común, entre las asociaciones locales, vecinos y Ayuntamiento. Esta nueva propuesta cultural se llama así «para indicar que, a pesar de la noche que azotaba Castilla, las tropas comuneras llegadas a Villabrágima podían acarrear la luz al igual que la transportan la antorchas encendidas», señala el asesor histórico de la Asociación ‘El Razonamiento de Villabrágina’, Modesto Martín Cebrián, llevó a cabo el guión junto al también historiador Fernando Cerbían Martín.  Ahora, 500 años más tarde «hemos logrado que un pueblo trabaje al unísono».

Pasaban las 19.30 horas cuando las campanas doblaron a concejo. Se hizo el silencio y a la vez las calles se quedaron totalmente a oscuras. Tan solo las hogueras repartidas en el entorno de la Plaza Mayor iluminaban al centenar de personas que impacientes esperaban la llegada de un jinete. A su encuentro salió la alcaldesa de la localidad, Noelia García, que anunció la llegada de los comuneros. Tras conocer los motivos de la reunión los presentes iluminaron sus antorchas y faroles. A continuación, la comitiva paso bajo el emblemático largo para continuar su recorrido hasta la plaza del Caño. Allí esperaban multitud de representantes comuneros en sus caballos.

PREGÓN DE AITOR MARTÍN

De regreso a la Plaza Mayor, el director del colegio Claret de Aranda de Duero y especialmente vinculado a Villabrágima –sus abuelos y padres nacieron en la localidad-, Aitor Martín Herrero, pronunció un emotivo pregón que recordó el momento histórico que allí les había reunido. «Como posiblemente sabéis y hoy habéis representado, al anochecer de finales del mes de noviembre de 1520, los comuneros colocaron su cuartel general en esta villa. Querían lograr que el cardenal Adriano, y los dos virreyes, que se encontraban en Medina de Rioseco organizando el ejército real, dejaran sus cargos y que solamente quedara como reina, Juana I de Castilla, conocida como Juana la Loca». Así pues, ˜si los gobernadores del reino no renunciaban o no llegaban a ningún tipo de acuerdo con los comuneros, ambos bandos se enfrentarían, tal y como ocurrió más tarde. Pero en Villabrágima todavía había tiempo para negociar, para lograr que, hablando y razonando, comuneros e imperiales pudieran entenderse. Para intentarlo, varios emisarios del rey vinieron a este lugar en el que ahora nos encontramos. Principalmente fueron tres los personajes importantes que llegaron para reunirse con los jefes comuneros en la iglesia de santa María y en el palacio del pueblo (palacio que algunos de los que estáis presentes habéis conocido). A estos intentos de pactar y llegar a un acuerdo, es lo que históricamente se conoce como ‘El Razonamiento de Villabrágima’». Pero, a pesar de tantas reuniones, de tantas idas y venidas, «los acuerdos no se lograron, las palabras no sirvieron y, después de unos meses, llegó la batalla de Villalar y, con ella, la derrota de los comuneros y la muerte y la oscuridad que rondó durante largo tiempo por el ya desangrado reino de Castilla». 

Al hilo de ello, Aitor Martín abogó por «la necesidad de hablar y de entendernos, de contrastar nuestras posturas y no dejarnos llevar por las mentiras o las medias verdades de unas redes sociales o unos medios de comunicación que, como altavoces hipnotizantes, apenas nos dejan pensar ni crear opinión calmada y lo más objetiva posible».

Además, el pregonero señaló que «no es fácil realizar un acto como este partiendo desde cero, un acto hecho íntegramente por vecinos de este pueblo». Además, sugirió la ida de «erigir un monumento que recogiera este hecho histórico».

 El presidente de la Asociación ‘El Razonamiento de Villabrágima’ apuntó que desde su agrupación «tan solo se ha impulsado este proyecto, pero que su éxito se debe al apoyo del Ayuntamiento, del resto de asociaciones y de los villabragimenses». Por su parte, la secretaria de este ente, Zulema Blanco, reconoció que «la gente se ha volcado con esta teatralización y han trabajado duro preparando sus trajes hasta el último momento». Finalmente, la alcaldesa del municipio subrayó que «el consistorio recogió esta idea y ha ayudado en todo lo posible para decorar las calles, apuntar a los participantes y ofrecer un chocolate como colofón final».

‘La Noche de las Antorchas’ nace con el objetivo de «celebrarse todos los años y de que se pueda ampliar, con la idea de recrear este hecho histórico tan importante para Villabrágima», explicó Noelia García.