Fotografías: Fernando Fradejas / C.B.
La definición del perro como ‘el mejor amigo del hombre’ quedó patente este miércoles 17 de enero en San Pedro de Latarce y Medina de Rioseco. Una llamativa estampa tomaba los aledaños de las parroquias de ambas localidades: mucha gente y, sobre todo, muchos perros. Una multitud que se debía a que en el territorio se celebró un año más San Antón, patrón de los animales domésticos.
A eso de las 17.00 horas numerosos vecinos se arremolinaban en torno a la iglesia de de Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, en San Pedro de Latarce. Entre los asistentes mayoría canina. Y es que si otros años caballos, burros, gatos o pavos acudían en busca de una bendición que asegurara una salud de hierro durante todo el año, en esta ocasión no estuvieron presentes. Sin embargo, sí hubo canes de todos los tamaños y edades. Desde los más veteranos hasta un cachorro que aún está por cumplir su año no faltaron a este entrañable acto que desde 2006 no falta en la villa.
A las puertas del templo varias vecinas recordaban que décadas atrás eran muchos los ganaderos que se acercaban junto a sus animales en busca de una mejor salud y rentabilidad para sus granjas. Sin embargo, la tradición se perdió hasta que el párroco de la villa, César Pastrana recuperó este acto en 2006.
El viento fue el invitado no deseado en una bendición en la que mascotas y también algún que otro dueño recibieron el agua. Una bendición para los perros y también «para algunos animales de dos patas», señalaba en tono humorístico el sacerdote.
San Antón llegó también a Medina de Rioseco. Y como es habitual lo ha hecho rodeado de los cofrades que le muestran veneración así como de un buen puñado de mascotas que recibieron la bendición del santo.
El sacerdote Alberto Rodríguez presidió una eucaristía en la iglesia de San Pedro. Después de la misa, el propio párroco fue el encargado de bendecir a las mascotas, que en este caso eran todo perros.
Una fiesta que no ha parado de crecer en los últimos años, ya que son cada vez más las personas junto a sus amigos más queridos. En esta ocasión, también mayoría de perros aunque también se pudo ver a un conejo gigante, que paciente también recibió su bendición.
La fiesta terminó con un refresco con el típico menú de San Antón, que componen las sopas castellanas, chorizo, queso y torreznos.
Tampoco faltó a la cita con San Antón Villanueva del Campo, que celebró una misa y procesión en su honor.