COCEDER y sus centros de Castilla y León pusieron en marcha en diciembre el programa ‘Mi pueblo por la igualdad’ con el que se pretendía construir pueblos más equitativos, donde su población esté comprometida con la igualdad de género. Un total de 792 personas se han inscrito y han realizado los seis desafíos en los que consistía el programa para sensibilizar también en el buen trato y la prevención de la violencia en todas sus formas.

El 81 por ciento de las participantes han resultado mujeres y casi el 44 por ciento del total tenían más de 60 años, aunque el grupo de 19 a 55 años también fue bastante activo. En total, los participantes procedían de más de 100 localidades.

La comarca del Alto Órbigo (León) fue la comarca que más participantes aportó, aunque el pueblo ganador como el más participativo fue el abulense El Barco de Ávila, seguido de cerca por Santoyo (Palencia). Completan el podio, empatados, Villafrechós y Medina de Rioseco, ambos de la provincia de Valladolid. La localidad abulense recibirá una placa conmemorativa con el lema “Pueblo por la igualdad 2021”, con la que se quiere mostrar una población sensibilizada y con la que se pretende afianzar los conocimientos de la población rural en materia de igualdad para promocionar el cambio de actitudes en la vida diaria.

Este proyecto, financiado por la Junta de Castilla y León y la Gerencia de Servicios Sociales, nace para crear redes de igualdad en las comarcas participantes con el fin de fomentar la participación de las mujeres en la vida pública, promover el equilibrio entre responsabilidades familiares y profesionales, reducir la violencia sexista y acabar con los roles y estereotipos de género. Los centros de desarrollo rural participantes, asociados a COCEDER, han sido CDR Almanzor, CDR Carrión de los Condes, CDR Carrión y Ucieza, CDR El Sequillo, CDR Valdecea y CDR El Villar.

La fotografía del medio rural es que en los pequeños municipios perduran de forma notable la desigualdad de género, los roles sexistas tradicionales y la violencia contra las mujeres. Por eso, con este proyecto se ha pretendido afrontar dichas desigualdades a través de la prevención y la sensibilización de sus habitantes, aprovechando las aportaciones de las nuevas tecnologías. Siendo conscientes de las dificultades que algunos colectivos tienen con el manejo de las nuevas tecnologías y las carencias de red que existen en el medio rural, se dio la posibilidad de participar en los mismos retos de manera presencial en los centros de desarrollo rural, a través de grupos, con lo que se favorecía el debate y espacios de aprendizaje.