El legendario entrenador vallisoletano dirige desde hace varias semanas al equipo riosecano C.D. Almirantes, que compite en Segunda División Provincial

Cuando el el balón naranja cayó en sus manos en sus tiempos como estudiante en el Colegio La Salle de Valladolid el baloncesto se convirtió en su vida. Desde entonces, más de 40 años como profesional, 584 partidos en ACB en banquillos como los de CB León, Fórum Valladolid, Caja San Fernado, Club Basquet Coruña, y como entrenador y asistente de la selección española en diferentes categorías. Por sus manos han pasado varias generaciones de ÑBA. De los Dueñas, Jiménez o Garbajosa, a los hermanos Gasol, Navarro, Ricky Rubio, Claver, Rudy Fernández, pasando por los Villacampa Rodilla o Pablo Aguilar. Por su pasión y “el gusanillo del baloncesto” afronta una nueva etapa al frente del C.D. Almirantes de Rioseco en Segunda División Provincial, con la mente puesta en dirigir muy pronto a un equipo profesional en elmundo de la canasta, en el que tiene mucho que decir.

 

Pregunta. ¿Tras más de 40 años como entrenador, como afronta este reto al frente del C.D. Almirantes?

Respuesta. Son más de 40 años como profesional, y espero que sean muchos más porque es mi deseo y pasión. Estoy muy agradecido al presiente del C.D. Almirantes, Luis de la Iglesia, por esta oportunidad. Al encontrarme sin equipo en este momento, acepté esta propuesta, y estoy encantando. En lugar de quedarme en casa, vengo cada miércoles por la tarde a Rioseco, veo a los niños de las categorías inferiores jugar, entreno, pero sobre todo me quito el mono de entrenar baloncesto. Si bien, espero que esta bonita aventura sea algo transitorio ya que mi objetivo es seguir en la élite. Es una página más en mi libro de baloncesto y el tiempo que esté en Rioseco habrá valido la pena.

 

P. Sin duda, para alguien que respira baloncesto por todos los costados es fundamental entrenar en lo más alto.

R. Al día veo un sinfín de baloncesto. Sigo la ACB, la Liga Oro, Euroliga, a cada partido lo doy vueltas y estoy al día de las estadísticas de cada jornada. Constantemente apunto en mi agenda aquellos conceptos que me gustan, aunque es algo que no deja de ser monótono. Porque cada mañana quiero coger mi silbato, construir y competir. De hecho, lo paso fatal los fines de semana cuando no estoy en competición. Es mi pasión, no sé hacer otra cosa que no sea ser entrenador de baloncesto. Pero también es un buen momento para recapacitar, poner las cosas en orden, mejorar, evolucionar y mirar más allá, no solo ver.

 

P. ¿Fue difícil convencerle para ser entrenador del equipo riosecano?

R. Lo que tardó Luis en llamarme. Le conocí hace dos años cuando participé en los clínics del Almirantes, en el que nos juntábamos con cerca de 150 niños y niñas y en unos días maravillosos. No dude en colaborar, lo que más tiempo nos llevó –bromea- fue firmar el contrato y fijar la claúsula de rescisión

 

P. ¿Ha sido una sorpresa para algunos verte al frente de un equipo amateur?

R. Algunos colegas sí se han sorprendido, pero también han elogiado esta decisión porque saben lo mucho que me gusta entrenar.

P. ¿Cómo han sido estas primeras semanas?

R. Tras varios días entrenando no puedo más que dar las gracias a los jugadores, que son compañeros, ya que no me considero su entrenador. Vengo a sumar, a echar una mano e intentar que mejoren. Su actitud, ganas y respeto es digna de elogio.

P. ¿Es muy distinto entrenar a nivel profesional que en estas categorías?

R. Es evidente que dirigir a un equipo no profesional, como éste, no tiene nada que ver que con hacerlo en la élite. Nos reunimos tan solo dos horas a la semana y en este pequeño periodo de tiempo trato de trasladar varios conceptos, unas pequeñas ideas defensivas y ofensivas con el objetivo de que los jugadores asimilen esos matices para que los puedan poner en práctica y mejorar. En nuestra plantilla, varios jugadores tienen más de 40 años, y aunque algunos no lo crean, quieren seguir mejorando; es una satisfacción muy grande ver lo agradecidos que están por esos conceptos que aporto y que les ayudan a jugar mejor. Además, valoro enormemente a esos deportistas que se hacen más de cien kilómetros de ida y vuelta para entrenar, solo por la pasión por este deporte. Por ello, les debo mi máximo respeto y esfuerzo.

P. ¿Cómo son los entrenamientos?

R. Me gusta entrenar y exijo a mis deportistas que vengan a hacer algo interesante. Preparo cada sesión e intento hacer algo divertido con el objetivo de que al final de que cada entrenamiento todos salgamos satisfechos. El día de partido venimos a divertirnos pero queremos ganar, aunque no debe faltar el respeto, y debe imperar la cordialidad.

P. El deporte base en el Almirantes es el pilar del club. ¿Cómo de importante es la cantera?

R. Que una ciudad como Rioseco tenga un número tan alto de niños y niñas en un club de baloncesto es importantísimo. Es fundamental que los equipos, entrenadores y jugadores de todas las categorías mejoren. Para ello, es fundamental que entre todos echemos una mano. Hay que dar las gracias a las instituciones, empresas privadas y patrocinadores, que ayudan al club. Además el deporte y en concreto el baloncesto, aportan valores, educación y compañerismo, tan importantes para los más pequeños.

P. ¿Ha cambiado mucho el baloncesto en estos años?

R. Sí. Ahora los jugadores son mucho más ofensivos y se juega mucho más rápido. También a nivel táctico. Ya no se juega con dos pívots puros y sí con cuatro abiertos, la evolución de ejecución de las jugadas son más veloces, en los sistema se trabajan muchas variantes defensivas, se da mucho “pick and roll frontal”, ahora se rota con hasta doce jugadores y se tiran muchos más triples.

P. ¿Con qué momento se quedaría de todos estos años de carrera?

R. Es muy difícil quedarse con un solo momento de 41 años como profesional en el mundo del baloncesto. Igual de importantes son los dos ascensos con el León, mis dos subcampeonatos de Europa y tres bronces, los Juegos Olímpicos de Sidney, estar la Selección Española de segundo entrenador o primero en un Campeonato del Mundo, o mantener la categoría en Sevilla, jugar un playoff con Cáceres o Coruña. He conseguido muchas cosas pero quiero lograr muchas más.