La Colegiata de Ampudia volvió a ser escenario el Viernes Santo de la sobrecogedora Función del Descendimiento. Los cofrades, vestidos con hábito blanco y rojo, retomaron este acto que llenó el templo, como antesala a la Procesión de la Soledad.
Los hermanos desclavaron y bajaron de la cruz el cuerpo de Cristo, emulando lo que José de Arimatea y Nicodemo hicieron hace más de veinte siglos. Primero, los clavos de pies y manos, después la corona de espinas, y todo sobre cojines en un ritual que termina cuando se cubre el cuerpo de Jesús con un sudario y se traslada al interior de la urna. Asimismo, durante el solemne acto un hermano narró los pasos del Descendimiento que emocionó al público asistente en lo que fue uno de los momentos más esperados de la Semana Santa de Ampudia.