Tras el pregón de Antonio Sahagún, la Asociación Cristo de la Vega puso música y baile en la jornada de vísperas

Tordehumos vive con emoción y alegría desde ayer por la noche las fiestas del Cristo de la Vega, cuya recuperación se recupera de íntegramente tras los dos años anteriores sin posibilidad de vivirlas como manda la tradición.

Pasadas las nueve de la noche la iglesia de Santiago, llena hasta la bandera, aguardaba la llegada del pregonero de este año, Antonio Sahagún, acompañado por la reina de este año, Yaiza García; a la dama de honor, Noelia Díez; al príncipe infantil, Lucas Sandoval; y a la princesa infantil Lucía Grande; así como del alcalde de la localidad, Agapito Bravo; el presidente de la Asociación Cristo de la Vega, Modesto Argüello; y miembros de la junta directiva de este ente.

Si bien en un principio el pregón iba a tener lugar en la Plaza del Rollo la climatología obligó a trasladar el evento a Santiago. Una vez allí, el hijo del pueblo e ingeniero informático reconoció con emoción que pronunciar este pregón era «un honor y un gran reto porque hablo delante de mi familia, amigos y de la gente de mi vida». Así pues,  «es un reto porque es algo que hay que hacerlo desde el corazón». El 13 de septiembre es un día «alegre, porque comienzan las fiestas del Cristo de la Vega, tan esperadas después de estos años de pandemia; pero también, es un día especial para mi familia y para mí porque precisamente hoy se cumplen seis años desde que mi padre, el auténtico Antonio Sahagún, nos dejara». Por ello, el pregonero no quiso dejar pasar la oportunidad de  recordar su figura y la de todos los familiares y amigos que ya no están con nosotros, porque «ellos son la historia de nuestro pueblo».

Sahagún hizo hincapié en el momento tan especial que vive la sociedad y el medio rural, «en el que la tecnología nos permite vivir en Tordehumos y hacer negocios en Brasil, Perú o Alemania». Esta tierra de «humildes tradiciones tiene mucho futuro y para vivir aquí no hace falta renunciar a nada, como sí hicieron nuestros padres y abuelos».

También quiso dar las gracias a su generación, que se vio beneficiada por «los esfuerzos de nuestros padres, que nos dieron una vida más cómoda que la suya». Así que «tenemos la responsabilidad de devolver este conocimiento y experiencia para hacer crecer esta tierra». «Y aunque muchos de nosotros no vivíamos aquí todo el año pero teníamos muy claro que era nuestra tierra. Prueba de ello es que recordamos los veranos en Tordehumos como lo mejor que nos ha podido pasar»

Finalmente, quiso darlas gracias a la generación de sus hijos, que mantienen estas tradiciones, aunque «celebren las fiestas de una manera muy distinta a la nuestra». Así que «espero que los jóvenes sigan manteniendo las tradiciones porque eso refuerza el orgullo de pertenencia a este pueblo. Y estoy tranquilo porque veo ilusión en las nuevas generaciones».

Por su parte, Modesto Argüello reconoció la importancia de las nuevas tecnologías; sin embargo, «existen aspectos más relevantes, que van con nuestro corazón y raíces». Además, abogó por cuidar la Asociación Cristo de la Vega, en colaboración con el Ayuntamiento de Tordehumos: «Tenemos una historia de muchos años que hay que mimar». Además, avanzó la puesta en marcha de nuevas actividades, que se vieron paralizadas por la pandemia. El momento más emotivo llegó con el recuerdo a aquellas personas que se han ido pero que «siguen en nuestra cabeza y corazón». Porque en Tordehumos «el dolor se vive como si fuéramos una familia».En este sentido, quiso destacar de forma especial «a Mari Carmen Álvarez que luchó y trabajo por la asociación, y en segundo lugar a Eugenio».

A continuación, Yaiza García se dirigió a sus vecinos para desear unas felices fiestas y dar el pistoletazo de salida oficial a las actividades. Tras la entrega de recuerdos por parte de Modesto Argüello a Antonio Sahagún y de unos ramos de flores a la reina, damas y príncipes el Teleclub acogió animación, música y baile con J.A. Pahino, por cortesía de la Asociación Cristo de la Vega.