El Pardal precedió el cortejo hasta la casa del Mayordomo

Una Semana Santa más, la Hermandad del Nazareno de Santiago vivió un Domingo de Ramos muy especial y en el que tiene lugar una de las tradiciones más arraigadas en la cofradía riosecana.

La jornada arrancó con la misa de hermandades en la iglesia de Santa María, que ofició el párroco riosecano Juan Carlos Fraile. Tras la bendición de las medallas, que se impusieron a los nuevos hermanos del Nazareno de Santiago y la Santa Verónica la cofradía se dirigió hacia la casa del Mayordomo de este año, José Luis Villa Asensio, que lucía una palma de Domingo de Ramos con la lazo morado.

El Pardal, José Luis García, anunció  el paso del séquito hasta la casa del Mayordomo, pero con un toque distinto al habitual.  Tras dar la enhorabuena al Mayordomo, llegaría el habitual almuerzo a base de huevos fritos y chorizo.