Los muñecos de nieve y las guerras de bolas tomaron muchos de ‘nuestros pueblos’

¡Anda que ha nevando! Seguro que no fueron pocos los que ayer en la comarca se sorprendieron al mirar por la ventana y toparse con la imagen de un abundante manto blanco, que sin duda quedará archivada en la memoria de muchos, ya que la de ayer fue una de las nevadas más importantes de la zona en los últimos años.

Una estampa propia de otros lugares que generó algún que otro quebradero de cabeza a causa de los problemas en la carreteras. Entre mordisco a la tostada y sorbo al café o el Cola Cao algunos se preguntaban cómo iban a llegar al trabajo, o los más jóvenes a sus clases.

Y no andaban demasiado equivocados, ya que los autobuses que debían llevar a los jóvenes al instituto no llegaron hasta localidades como San Pedro de Latarce o Urueña.

Una cigüeña cae en Villafrechós
Los que tenían sus coles en su propio pueblo sí pudieron acudir a clase. Aunque no sin llevarse algún que otro resbalón o susto, como en Villafrechós. A primera hora de la mañana, en Villafrechós, un grupo de escolares se topó con una cigüeña que no podía levantar el vuelo y a duras penas mantenerse en pie; incluso se podía ver que tenía las alas congeladas, según apuntaron los propios niños. No tardó un joven de la localidad en avisar al 112, que pasaba el aviso a Medio ambiente para que los agentes se hicieran cargo.

Eso sí, cuando acabaron las clases los niños y jóvenes no dudaron en disfrutar de los copos blancos. Y no sólo ellos, porque vecinos de todas las edades en la comarca se animaron a lanzarse bolas de nieve. Cada uno lo hacía a su manera. Unos tirándose bolazos de nieve y otros inmortalizando el momento con sus cámaras de fotos y teléfonos móviles. Otros, sin embargo, hacían muñecos de nieve. En Villamayor, Floren no dudo en hacer uno, tan divertido que incluso llevaba gorro y bufanda. Un regalo efímero que Tere no dudo en inmortalizar con su cámara.

Pasadas las dos de la tarde la lluvia y el viento había comenzado a derretir la nieve y las máquinas habían limpiado muchas de las vías. En muchos lugares la nieve de las primeras horas daba paso a los charcos y el barrillo. La locura blanca duró unas pocas horas, aunque eso sí, intensas. Porque la diversión y sustos se repartieron por igual durante ese tiempo en la comarca.