Mujeres de las Aulas de Cultura de estos pueblos participaron en la actividad

¿Cuánto te reíste ayer? ¿eres feliz? Fueron algunas de las preguntas que los escolares del C.R.A. Villas del Sequillo (Villabrágima), Padre Hoyos (Torrelobatón), C.R.A. La Besana (Mota del Marqués) junto a los de Cristóbal Colón y Miguel Hernández, del barrio vallisoletano de Pajarillos realizaron ayer en Urueña en el marco de una jornada de convivencia que buscó crear un mapa de la felicidad.

La iniciativa, que se enmarcó en la Red Pajarillo Educa, saltó al medio rural a través de una jornada que reunió a cerca de un centenar de escolares y que tuvo también un componente intergeneracional, al contar con la participación de varias de las integrantes de las Aulas de Cultura de estas localidades.

A lo largo del día “se dieron escenas de lo más entrañables”, afirmó la coordinadora de las Aulas de Cultura de la Diputación de Valladolid, Natividad García. Y es que los niños de los centros educativos de Los Pajarillos formaron parejas con los de los colegios rurales para realizar la actividad que “acerco a los pequeños a los pueblos”, espacios en los que las personas “pueden encontrar la felicidad en lugares distintos, respecto a la ciudad”. La mayor parte de los vecinos se mostraron receptivos ante una iniciativa “que va a tener su continuidad durante los próximos meses en este entorno y en Urueña de manera especial”.

Además, los niños crearon el ‘Urupaj’, “un nuevo pájaro, como algo simbólico”, comentó Natividad García. Y qué mejor lugar que Urueña, “un entorno en el que los escolares escucharon durante todo el día el ruido de las aves, algo que no pueden hacer en su barrio, a pesar de llevar el nombre de Pajarillos”, añadió.

La actividad “tuvo también un carácter intergeneracional gracias a la participación de las mujeres de las Aulas de Cultura”, apuntó el alcalde de Urueña, Francisco Rodríguez. Los escolares descubrieron cómo se transportaba antaño el agua  hasta la localidad. Los propios pequeños, con la ayuda de las alumnas, aprendieron cómo llevar cuencos de agua sobre sus cabezas, en una actividad que despertó curiosidad y risas por igual.

Antes, Miryam Anlló impartió un taller de arte efímero en Dilab y Luis Enrique Valdés de escritura efímera en el Cetro e-LEA. La jornada finalizó con la plantación de un árbol como símbolo del hermanamiento, y en el que pendieron los objetivos a lograr.