El Día Internacional del Gato se celebra cada 20 de febrero
El Día Internacional del Gato se celebra cada 20 de febrero en homenaje al fallecimiento de Socks, que fue muy popular antes de las redes sociales por habitar la Casa Blanca desde el año 1993 hasta el año 2009.
Seguro que en tu pueblo hay uno o varios grupos de gatos que viven de forma salvaje en alguna plaza o solar. La mayoría de ellos son gatos que nacieron en la calle y que nunca se socializaron con las personas. A veces, en estos grupos también encontramos gatos más dóciles que llegan a acercarse a las personas, y que seguramente fueron abandonados por sus dueños o escaparon de su hogar y se sumaron a una de estas colonias felinas.
Los gatos callejeros cumplen su función a la hora de mantener a ralla posibles plagas de roedores e insectos. Eso sí, siempre que estén controlados, lo que implica que cuenten con una buena alimentación, estar sanos, desparasitados, pero sobretodo, esterilizados. Los pueblos de la zona cuentan con un buen número de colonias, y ninguna de ellas controlada. En función del número de habitantes “habrá más gatos”, asegura la vecina de Mucientes y vicepresidenta de la asociación vallisoletana ‘Malhy-Educa’, María Alonso.
No controlar estas colonias de gatos puede suponer un problema de convivencia a causa de “las peleas entre los machos, maullidos, malos olores o parásitos como pulgas y garrapatas”, explica la responsable de ‘Rioseco Clínica Veterinaria’, Leticia González. Además, “son animales que pueden llegar a transmitir enfermedades a los seres humanos”, añade una de las dueñas del Centro Veterinario ‘Bichopolis’ Perla Castrillo. Males que a veces pueden llegar a transmitirse a través de sus heces, “que en muchas ocasiones podemos encontrar en los parques infantiles”, dice la gerente del Consultorio Veterinario ‘Rivet’, María Deza.
Y parece que este año puede ser uno en los que se registren colonias felinas más numerosas. “El invierno ha sido muy suave, lo que ha provocado que incluso en enero hubiera gatas en celo, que una vez que quedan embarazadas, pueden tener una media de unas cuatro o seis crías tras 62 días de gestación”, explica María Deza.
Pero sin duda, “son las personas irresponsables las causantes de este problema”, asevera la vicepresidenta de ‘Malhy-Educa’. En el medio rural “la gente no está muy concienciada en este sentido mientras que en la ciudad los gatos que están en las casas reciben incluso más cuidados que los perros”, comenta la también responsable de ‘La Rúa’ María Alonso. En Medina de Rioseco existen dos perfiles de dueños de gatos: “por una parte, el de aquellos que el animal está dentro de la casa y no sale al exterior; y por otra, esas personas que dejan que su mascota tenga acceso a la calle”, comenta Deza. “En los pueblos pequeños es este último tipo el que más predomina”.
También, “es muy habitual que la gente tenga algún gato en los corrales con el fin de que no haya ratones, pero este animal vive en un estado de semilibertad, ya que acude a este espacio a comer o descansar pero al fin y al cabo, campa a sus anchas por el resto del municipio”, dice Leticia González. Además, “son gatos que no están esterilizados casi en su totalidad”, añade Perla Castrillo. “La gente no está concienciada y si una hembra llega a casa embarazada muchas veces se deshacen de los cachorros”, dice Deza. “En relación a los machos se preocupan aún menos, ya que no se dan cuenta de que van a cubrir a otras gatas de la zona, lo que ampliará el número de individuos en las colonias”, añade.
Además, “existe el falso mito de que un gato esterilizado no va a tener instinto de caza, por lo que muchos prefieren tener un gato sin castrar, pero está claro de que esta especie va a preferir siempre comer un ratón antes que el pienso”, asevera la vicepresidenta de la asociación.
Los dueños deben darse cuenta que “tener a su mascota libre –dice Deza- puede provocar accidentes por atropellos, que el animal se contagie de enfermedades de otros gatos, o muera a causa de lesiones provocadas por perros o incluso de una pelea contra algún macho dominante de alguna colonia”.
En muchas ocasiones son los propios vecinos los que alimentan a los gatos de la calle con comida casera, “algo que la gente hace porque cree estar ayudando –dice Leticia González-, pero que sólo aumenta esta problemática”. Al fin y al cabo, “estos felinos se concentran en los lugares donde obtienen comida fácil con el fin de sacar hacia delante a sus camadas”. Está practica “puede provocar problemas en la salud pública ya que los restos de comida atraen a insectos, otros animales y malos olores, además de que no se corresponde con una alimentación adecuada para los felinos”, comenta la vecina de Mucientes. Por su parte,“la Guardia Civil puede multar a las personas que dan de comer a los gatos”.
Sin embargo, si logramos establecer un control, cuidando de su salud, manteniendo una higiene adecuada de su hábitat y evitando su reproducción, conseguiremos un espacio de convivencia entre sus detractores y defensores.
Programa CES
A la hora de controlar la población de gatos callejeros el método más utilizado es el conocido como CES: Capturar, esterilizar y soltar.
Como su nombre indica, se trata de capturar los gatos de la colonia, llevarlos a un veterinario con el que se haya establecido una colaboración para que los esterilice quirúrgicamente y volver a soltarlos en su lugar de origen. La Diputación Provincial de Valladolid cuenta en todos los municipios de la provincia con población inferior a 20.000 habitantes de este servicio. Si un ayuntamiento desea la prestación de este servicio, totalmente gratuito, debe escribir un correo electrónico a servicio.agrario@dip-valladolid. es indicando una persona de contacto con su número de teléfono.
En este sentido, el alcalde de Medina de Rioseco, David Esteban, señala que «años atrás, cuando se ha detectado algún problema en relación a un mayor número de gatos hemos actuado». Si bien es cierto, que «en la actualidad la población de felinos está controlada».
En la provincia de Valladolid son varias las asociaciones que se encargan de llevar a cabo el Programa CES. La vicepresidenta de ‘Malhy-Educa’ dice que “algunas veces los ayuntamientos se ponen en contacto con nosotros mientras que otras veces las propias protectoras son las que acuden a ellos tras detectar este problema».
Este programa se realiza en unos 15 municipios de toda la provincia de Valladolid. “Existe cierto desconocimiento en relación a esta acción y también muchos detractores”. Y es que aunque el número de pueblos integrados en esta campaña pueda parecer bajo, «lo consideramos un éxito, ya que hace diez años sólo había dos localidades adheridas”.
Forma de actuar
Con la ayuda del ayuntamiento la protectora hace una estimación del número de colonias e individuos que forman parte de ellas y se ponen manos a la obra.
Primero, “alimentamos a los gatos con piensos de alta gama retirando cada día lo que sobra del alimento para que no haya sobras, y mantener la higiene”. Después, “desinfectamos el lugar de garrapatas y pulgas para más tarde colocar las jaulas trampas”. Una vez que “capturamos al felino lo llevamos a un centro veterinario con el que tenemos un acuerdo de colaboración para esterilizarlo”. El veterinario también aprovecha para pasar una consulta al animal y desparasitarlo interna y externamente”. Después, el gato regresa a su hábitat para seguir con su vida.
A todos ellos “los marcamos una ‘V’ en una de sus orejas para saber que el animal ya está castrado en relación a futuras actuaciones”. Asimismo, “tratamos de esterilizar a todos los miembros de la colonia, tanto a machos como hembras”. Por supuesto, “no existe riesgo de que desparezcan las colonias, ya que siempre aparecen individuos nuevos, que han escapado de alguna casa o que han sido abandonados”. Tal es así, que “ojala que en un futuro tuviéramos que dejar alguno sin esterilizar”.
Después, la protectora continúa con tareas de control y alimentación. Por ejemplo, “en Mucientes, que cuenta con unos 400 habitantes, tenemos cuatro colonias –de 122 gatos, 23, 17 y 8- controladas”, asegura Alonso.
Los beneficios de todo ello son evidentes: se reduce la cantidad de cachorros y se evita saturar las protectoras, las peleas, los maullidos nocturnos y el marcaje.
Esterilización
Así pues, la esterilización de los felinos es clave para su control, pero esta medida debe empezar por los gatos caseros. En este sentido, “hemos ido a mejor en los últimos años”, asegura María Deza. “La gente se va concienciando y gracias a las campañas que hacemos y a la proximidad de este servicio para los vecinos de la zona cada vez son más los que deciden castrar a su mascota”, explica González.
Eso sí, “casi todas las personas lo hacen para que sus gatos no orinen en casa, marquen o por los maullidos y molestias de las hembras en celo, y no tanto porque el número de gatos crezca”, apunta la gerente de Rivet. Así pues, González, del Centro Veterinario ‘La Rúa’, apunta que la gente se debe concienciar aún más: “Los dueños de los gatos deben pensar en la salud mental del animal, ya que cuando está en celo y no es cubierto sufre”.
Gracias al aumento de la sensibilización ciudadana “algunos ayuntamientos podrían ayudar económicamente a sus vecinos para que esterilicen a sus mascotas”, dice la vicepresidenta de la protectora. Por ello, “tenemos el objetivo de acercarnos a varios consistorios para presentar un proyecto que iría en esta línea”.
Y es que como suele ocurrir habitualmente “la prevención es lo más importante”, asegura Perla Castrillo.