En Austria dan por hecho que habrá un apagón eléctrico y el propio Gobierno prepara a los ciudadanos para afrontarlo. Esta alarma en el país de Mozart se ha ido extendiendo por toda Europa en las últimas semanas hasta el punto de ha llevado ya a que decenas de personas de Campos y Torozos, llevados por el miedo o por el convencimiento de que el riesgo es real, se han lanzado a comprar hornillos de camping-gas, cocinas y estufas de gas, así como linternas y pilas, entre otros artículos útiles en caso de tener que sobrevivir sin luz.

En comercios como ferreterías y tiendas de electrodomésticos lo tienen claro: el hornillo de camping – gas es el papel higiénico de la covid. La demanda es tal en toda España que hay modelos de cocinillas de gas que los proveedores ya han avisado a las tiendas que están agotados y que no los va a poder reponer.

La demanda ha ido ‘in crescendo’ porque empezó de forma ‘tímida’ hace dos semanas pero la pasada ya explotó. Maribí y Juanfran son matrimonio madrileño que estos días hacen turismo por Valladolid y Palencia. Tras surcar las aguas del Canal de Castilla a bordo del Antonio de Ulloa se han detenido en el escaparate de la tienda local Gas Mrm 2009 al ver varios aparatos de gas. «Acabamos de comprar un hornillo, porque tenemos miedo al apagón energético». Y aunque «pensamos que no sucederá, los hemos adquirido por si acaso y por temor a que se agoten». En el interior se encuentra el trabajador de la empresa Eusebio Álvarez. Explica que «ante las noticias que aparecen en los medios de comunicación la gente no quiere improvisar y se ha lanzado a la compra de este tipo de aparatos». Si bien, en esta época del año «es habitual que aumente la venta de estufas de gas, no habíamos notado tanta venta de hornillos de fuego tan elevada en 34 años de experiencia en el sector».

Tanto se ha disparado la fiebre por estos artículos que «los hornillos se han agotado y no volveremos a tener stock hasta marzo o abril», señalan Elena Fernández y Roberto Ramos, gerentes del negocio riosecano Electrodomésticos Ferrán. Además, «casi no nos quedan cartuchos de gas». Y es que «la clientela viene preocupada, y si antes se llevaban uno o dos, ahora compran 20 al mismo tiempo».

Por su parte, el gerente de la ferretería riosecana La llave, Jaime Izquiedo, apunta que «se han vendido más aparatos portátiles que otros años, aunque no es un incremento especialmente llamativo; si bien, sí ha crecido el interés por linternas y nos han pedido más pilas».

Tampoco ha notado un aumento especialmente llamativo la propietaria de Electrodomésticos Reblán, en Villalpando. Aunque «sí ha aumentado algo el precio de los electrodomésticos». Algo que tiene que ver «con el problema en el suministro de componentes», añade Elena Fernández.

ABASTECIMIENTOS DE CONSERVAS Y AGUA

Y aunque es improbable que se produzca ese apagón, hay quien llama a estar preparado por si acaso. Existen ciertos productos que debes tener por si llegase a suceder, como son las conservas y agua potable. En este sentido, el gerente de la empresa de Medina de Rioseco Distrioval, Fran de la Iglesia, comenta que «por ahora no hemos no tenemos problemas de desabastecimiento ni se han incrementado los precios». Aunque eso sí, a consecuencia de la doble factura que están teniendo que pagar productores y distribuidores por la escalada del precio de la luz y de los portes del transporte a raíz de la subida en carburantes «va a provocar una subida en las próximas semanas de productos como el aceite y el azúcar, y que ya es visible en la leche y la harina».

Así pues, el final de año va a ser muy duro en lo que a llenar la cesta de la compra se refiere y «el inicio de 2022 será complicado con incrementos de entre un 5 y un 10 por ciento en muchos artículos».

Si bien el abastecimiento está asegurado en cuando a productos de primera necesidad se refiere desde hace semanas «la empresas distribuidoras no contamos con las principales marcas de bebidas espirituosas como ron, ginebra y sidra». Esas cuatro marcas se importan de Reino Unido. Lo más sencillo es pensar que es culpa del Brexit, de los procesos burocráticos establecidos desde la salida de las islas británicas de la Unión Europea y por la crisis desatada por la falta de suministros y camiones. Pero no, el problema va más allá, porque «falta vidrio, tapones de corcho y etiquetas».

REPORTAJE COMPLETO EN EL PRÓXIMO NÚMERO DE LA MAR DE CAMPOS