El incendio ya se ha controlado y tan solo ha afectado a al cubierta, cuyas obras de restauración estaban a punto de finalizar
El incendio que se produjo en la noche de ayer en la cubierta del Monasterio de Nuestra Señora de Alconada de Ampudia ya se ha controlado y tan solo ha afectado a la cubierta, según explicó a La mar de campos el alcalde de la localidad, José Luis Gil. Un tejado cuyas obras de restauración habían arrancado en octubre de 2020 y que estaban a punto de finalizar, con un presupuesto de más de 170.000 euros, a cargo de la Diócesis de Palencia.
Permanecen todavía en la pradera del cenobio varios vehículos de bomberos de los cuatro que se desplazaron ayer desde Paredes de Nava, Venta de Baños y la propia Ampudia. José Luis Gil explica que «el incendio se pudo controlar sobre las doce y media de la noche de ayer, si bien las llamas permanecieron varias horas más, -hasta cerca de las cuatro de la madrugada- ya que no se quiso echar más agua, que pudiera añadir más peso a la bóveda y provocara su derribo».
El párroco de Ampudia, David Pérez, reconoce que a pesar de los trabajos que se estaban haciendo en la cubierta «es pronto para saber las causas y habrá que esperar al informe de los técnicos». Señala que las llamas hicieron temer lo peor, aunque «lo importante es que las hermanas que residen en el templo no han sufrido ningún daño, ni tampoco ha habido que lamentar ningún desperfecto en el patrimonio artístico». Y es que si la bóveda se hubiera venido abajo y el fuego caído en el interior, cuyo material predominante es la madera, «podrían haberse perdido el retablo mayor del siglo XVIII, los retablos laterales e importante patrimonio, más allá del gran valor sentimental y religioso».
El fuego apareció sobre las 21.30 horas. Fue una mujer que paseaba la zona quien «dio la voz de aviso y llamo al 112, las hermanas no nos habíamos enterado de nada», explica Sor Mónica, que se encontraba junto a otra religiosa en el momento del suceso. Una vez que salieron y pudieron ver las llamas afloró «el nerviosismo, rabia e impotencia», asevera.
Una noche larga, en la que «tan solo he podido dormir hora y media, ya que permanecí en la pradera hasta las cinco y media de la madrugada». Han sido varias personas «muy cercanas a la congregación» las que han acogido a las hermanas en sus domicilios. La idea es «poder regresar esta noche ya que el incendio ha afectado al santuario pero no a la casa».
Por suerte, dice Sor Mónica, «no ha habido que lamentar daños mayores». Ahora queda esperar a que comiencen las tareas para retirar los escombros para poder y determinar las necesidades.