«Segundo fin de semana de marzo… Para muchos será una fecha insignificante, pero para San Pedro de Latarce es una de las fechas más importantes del calendario. Esos nervios antes de que la charanga dé el pistoletazo de salida no estarán… No podremos juntarnos con esas personas que no vemos hace mucho tiempo, pero a esta fecha no fallarían. Gallego, Pacho os libráis de destazar los corderos, y tú José María de hacerlos, pero no os acostumbréis… La puerta de la sala de quintos la dejaremos descansar, junto con la nave de Vicente. Las calles dejarán de oler anís, huevo y bollo. El orgullo y la emoción de sacar la cinta a lomos de un caballo y dedicárselo a alguien querido no estarán. Pero es algo que se lleva dentro, nada ni nadie podrá quitarnos la ilusión. ¡Que vivan los quintos!»

Un mensaje que escribió la vecina de San Pedro Soraya y que corrió por los WhatsApp de la ciudadanía de San Pedro de Latarce durante los últimos días.  Un texto que resume a la perfección el sentir local en relación a la celebración de quintos de este año, que se redujo a la misa, que ofició el sacerdote César Pastrana, y en la que estuvieron diez de los 14 jóvenes.

Las restricciones a causa de la covid-19 impidieron que se celebrara el popular ‘pasabares’ y la charanga del pasado viernes. Faltó también el sábado el vermú y los distintos grupos de quintos no se reunieron para comer; ni por la noche, la cena en la que los quintos y quintas invitan a todo el pueblo. El domingo por la mañana hubiera sido el recorrido del bollo y por la tarde las cintas a caballo y con la caída del sol la visita a las casas de los diferentes jóvenes que celebran este año su 18 aniversario. Queda esperar a que la crisis sanitaria mejore para que San Pedro vuelva a vivir, esta vez por todo lo alto, una de las celebración marcadas en rojo en el calendario local.