Sustituirá sus sistema de paletas por hélices sumergidas para evitar dañar los márgenes del Canal de Castilla

No todos los días puede verse un barco cruzar la carretera y pasar bajo los puentes con solo unos centímetros de espacio libre. Así que no es de extrañar que hoy muchas personas se sorprendan al ver al Barco Turístico ‘Antonio de Ulloa’ abrirse paso a través de la carreteras en dirección a Gijón. En total, serán cerca de seis horas de viaje hasta en un astillero, en donde se sustituirán las ruedas de paletas por un sistema de hélices sumergidas en el agua, una vez que la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) comunicara a la Diputación de Valladolid –propietaria del recurso– la necesidad de cambiar el modo de propulsión.

El director del Centro del Canal de Castilla, Valentín González, explicó que la actuación se debe a «un imperativo de la CHD en un año en el que la Diputación debe renovar la autorización de navegación». En total, se destinarán 160.000 euros a esta actuación, que desarrollará durante las cuatro próximas semanas la empresa asturiana Técnicas Metálicas Abraila. Si bien es cierto que «la eliminación de las palas quita algo de romanticismo al barco, es necesario para evitar la erosión de los márgenes del Canal».

El barco, que comenzó a navegar en 2003 por el ramal de Campos siempre ha contado con este sistema de palas, que «en su momento se justificaban como positivas para la oxigenación de las aguas potables».

Las actuaciones arrancaron en la mañana de hoy a las 10.00 horas y se alargaron durante varias hora. Tras acercar la embarcación a la Dársena del Canal de Castilla dos grúas cargaron la nave. La de mayor envergadura sujetó la popa, que es la parte de mayor peso; mientras que una de menor tamaño elevó la proa. Tras varias maniobras el ‘Antonio de Ulloa’ se situó sobre un remolque góndola. La ruta elegida «permite que este transporte especial pueda discurrir por vías sin problemas en los giros», señala Valentín González. Así pues, se encuentra en camino hacia Torrelavega y discurrirá por la Cornisa Cantábrica, y no en dirección hacia León, que sería el camino más corto.

Una vez de regreso a Rioseco los viajeros se encontrarán con una embarcación renovada que contará con un espacio al aire libre en la popa que servirá para que los turistas puedan asomarse al Canal. La embarcación, que mantendrá sus 52 plazas «tiene previsto reanudar su servicio el 1 de junio, aunque nos gustaría adelantar la fecha», reconoce la responsable del Centro de Recepción de Viajeros del Canal de Castilla, Virginia Asensio.