El pintor de Palazuelo de Vedija elige escenarios de Rioseco, Tordehumos o su localidad de residencia como protagonistas de la muestra

La diputada de Empleo, Desarrollo Económico, Turismo y Participación de la Diputación de Valladolid, Nuria Duque, junto al autor de la muestra, el vecino de Palazuelo de Vedija Pascual Aranda, presentaron en el Teatro Zorrilla, la exposición de pinturas de Pascual Aranda ‘De Valladolid y Provincia’ que se abre en la Sala de Exposiciones del Teatro hasta el 22 de marzo.

La muestra cuenta con más de una veintena de pinturas que muestran paisajes de localidades de la zona como Palazuelo de Vedija, Medina de Rioseco, además de espacios de Valladolid capital.

En los óleos y acuarelas de Pascual Aranda está reflejada la esencia de Valladolid, una ciudad que no es nunca austera, triste ni sombría, sino luminosa y del más grato colorido. Son los suyos unos paisajes urbanos sencillos, en los que huye del artificio, una pintura sin retórica, en la que capta la serena poesía de los rincones de la ciudad.

El catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Salamanca y académico de Bellas Artes, José Carlos Brasas, apunta que “llama la atención la variedad del color de sus cuadros, que enlazan y evocan con la tradición de nuestros grandes paisajistas vallisoletanos post-impresionistas (García Lesmes, Castro Cires, Manuel Mucientes o Maffei)”. Asimismo, “son los suyos unos colores que van desde las gamas cálidas hasta los más intensos rojos o amarillos cegadores, pasando por unos sugestivos tonos violetas y anaranjados”.

“Y al lado de esa riqueza y luminosidad del color, su obra llama la atención asimismo por su libertad y soltura de pincelada. Es la suya una pintura empastada, en la que emplea una materia densa e incluso pastosa, una factura que añade en ocasiones una nota de espontaneidad casi expresionista”.

“Todo ello se puede comprobar ahora en esta exposición en la que el artista nos presenta los últimos frutos de su pintura dedicada una vez más a Valladolid y su provincia. De nuevo el paisaje en su más genuina expresión: urbano y rural.

Así pues, “esta nueva muestra constituye sin duda una gozosa invitación a mirar la ciudad y sus villas con un enfoque totalmente alejado de viejos tópicos, aquellos heredados de la visión de una Castilla sombría y casi dramática”. El Valladolid que se nos ofrece” es muy otro, muy diferente, es un Valladolid luminoso, vital, lleno de claridad y riqueza cromática”.