Las lluvias durante toda la jornada hicieron teme los peor, pero las hermandades pudieron completar la procesión

Fotografías: FERNANDO FRADEJAS

Ni los fieles más optimistas confiaban en que la procesión del Mandato saliera de Santiago para completar su habitual recorrido. La mañana amaneció lluviosa y la jornada se prolongó con chubascos intermitentes hasta las pasadas las cuatro y media, cuando tuvo lugar la habitual recogida de gremios. Momento en el que el agua comenzó a caer de manera más intensa; pero tras los oficios religiosos, y como si de un milagro se tratara las precipitaciones cesaron. Entonces los presidentes de las distintas cofradías acordaron salir.

Así pues, con el cielo gris, pero sin que la temida lluvia apareciera, los pasos salieron de la Iglesia de Santiago. Cientos de personas se emocionaron al ver al los diez conjuntos históricos partir en la procesión del Mandato. Si bien, la amenaza de precipitaciones hizo que la Oración del Huerto, la Flagelación, Jesús Atado a la Columna, Ecce Homo, Jesús Nazareno de Santiago, la Santa Verónica, Jesús Nazareno de Santa Cruz, la Desnudez, Santo Cristo de la Pasión y Virgen Dolorosa finalizaran su recorrido de manera más breve a la habitual, en unas dos horas y cuarto.

Los pasos subieron la Calle Mediana hasta llegar a al Corro de san Miguel. Desde allí, pusieron rumbo hasta la Rúa Mayor, escenario de muchas de las estampas más conocidas de la Pasión riosecana, y en donde los cofrades volvieron a escenificar la tan popular baile. Tras llegar a la Paza Mayor, el Arco Ajújar esperaba impaciente a las hermadades, en donde un Jueves Santo más los cofrades realizaron la Rodillada. De nuevo, el Corro de Santiago acogía la llegada de los monumentos, que entraban justo a tiempo en el templo jacobeo. Entonces se entonaba la Salve a la Virgen Dolorosa. En ese momento finalizaba la tregua que el cielo concedió al Jueves Santo riosecano. Una lluvia intensa hizo acto de presencia y los paraguas, guardados durante toda la procesión, volvieron a salir.