Cinco socios se hacen con las riendas de este recurso de hospedaje y restauración

Hace justo diez años la Casona de Montealegre anunciaba su cierre. Algo que suponía un duro golpe para la localidad y el territorio, al ser el inmueble uno de los recursos de hospedaje y restauración más importantes de la zona. Sin embargo, no cayó en sacó roto para el Ayuntamiento de la localidad, cuya corporación municipal ha luchado contra viento y marea por su reapertura. Tras muchas reuniones con la Diputación de Valladolid, el ente provincial sacaba a licitación en noviembre de 2021 este inmueble para tramitar su arrendamiento por un precio mínimo de 625,68 euros mensuales.

Finalmente, Manuel Palenzuela, Francisco Santos, Jordi Martín, Jorge Gutiérrez y Laurentino Carrión han sido esos «cinco magníficos» que se han lanzado para la reapertura y puesta en valor de la Casona de Montealegre. Un sueño para el pueblo que se hizo realidad el pasado viernes 24 de junio, cuando tuvo lugar su inauguración, a la que acudieron el presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar; el alcalde del municipio, Francisco Javier Frontela; y buena parte de la ciudadanía local.

Tras una década sin abrir, La Casona ha contado con una remodelación que ha obligado a hacer algunos cambios, aunque se ha intentado mantener la esencia del espacio. No obstante, el recurso estaba completamente acondicionado y amueblado, con cocina y bar para dar servicio realizar las actividades objeto de su licitación.

Durante el acto inaugural y de puertas abiertas los invitados y visitantes pudieron visitar las renovadas instalaciones, que cuentan con siete habitaciones con camas dobles y otra más con una única de 1,35. La gastronomía será uno de los platos fuertes de este espacio, que ofrecerá cocina tradicional castellana elaborada y un punto de innovación; sin olvidar, esos productos típicos y raciones que no pueden faltar. En este sentido, «el menú variará cada tres meses y se adaptará a cada época del año», señala el socio del proyecto Francisco Santos. La Casona cuenta con dos comedores para dar cabida a más de 80 comensales, sin contar con el enorme patio-jardín, que actualmente cuenta con 15 mesas más.

Durante la inauguración, el socio y gerente de La Casona, Manuel Palenzuela, subrayó que «en el momento que nos contaron el proyecto, automáticamente dijimos que sí; no nos lo pensamos, a pesar de que no son los momentos más acertados, pero sí es el instante para romper esas lanzas». Abogó por la ‘España Vaciada’, «de la que pienso que la mejor manera de llenarla es venir a ella, algo de lo que pudo hablar en pleno derecho porque me he empadronado en este pueblo y vivo a 50 metros de nuestro restaurante».

La duración del contrato será de cuatro años y «esperamos renovar la candidatura, porque ilusión y compromiso no nos falta». Y es que «este es un proyecto que va a ir más allá, porque tenemos contactos a nivel nacional e internacional». Sin duda, «nos interesa que nos conozcan en Valladolid y entorno, pero también en el resto de las provincias del país».

Por su parte, el presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar, reconoció que desde que visitó La Casona quedó «admirado». Por ello, «ver estos recursos cerrados es algo que no me entra en la cabeza». Así pues,  «hemos hecho un esfuerzo muy grande para que pudiera reabrir, a pesar de que todo se ha retrasado más de lo deseado».

Finalmente, Francisco Javier Frontela, comentó que «después de luchar mucho y de un sinfín de reuniones en la Diputación, se ha hecho realidad una de las mayores apuestas de la corporación municipal».