Como es tradición, 15 días después de Jueves Santo los Ayuntamientos de Pozuelo de la Orden y Villafrechós re reunieron para festejar la fiesta de San Isidoro.

Un encuentro que sirve para reforzar los lazos de ambas localidades. A las 12.30 horas, el alcalde de Pozuelo de la Orden, Juan María Gutiérrez; y el de Villafrechós; Miguel Ángel Gómez se reunieron con los ediles de Villabrágima, Noelia García; el de Villagarcía de Campos, César Herrero; el de Quintanilla del Monte, Miguel Barrero; el de Villanueva de San Mancio, María Jesús Palencia; y el de Benafardes, Luis Ángel Chico. Juntos acudieron en procesión hasta la ermita de Santa Ana, donde se celebró la misa, que ofició el párroco Francisco Casas.

Después, las autoridades se reunieron en el bar del municipio para disfrutar de un refresco en el bar local para más tarde desplazarse hasta Villafrechós para comer en el restaurante Cañada Real.

Por la tarde, Pozuelo disfrutó, como manda la tradición, del juego de la banca.

San Isidoro

Cuenta la leyenda que en 1063 una peste asolaba Villafrechós y Pozuelo. Durante ese año las reliquias de San Isidoro de Sevilla pasaron por Tierra de Campos rumbo a León y los fieles aclamaron al santo por su salvación. La peste desapareció.

El día 21 se celebró la consagración del nuevo templo, y el 22 la fiesta litúrgica del traslado de los restos del santo. El nuevo templo sería luego basílica-colegiata de San Isidoro.

El traslado de los restos de San Isidoro, los milagros obrados durante el traslado, y la construcción de la basílica produjeron tal impacto que fueron continuas las donaciones de admiradores y devotos del santo a dicha basílica y las celebraciones festivas del traslado.

Así, por ejemplo, el cortejo fúnebre pasó de Valverde de Campos a Pozuelo de la Orden y de aquí a Villalpando (por deseo del conde Munio de Villalpando), pasando por Cotanes del Monte.

Villafrechós contribuyó con leña al cortejo y concertó más adelante con Pozuelo de la Orden el Voto de Villa en honor de San Isidoro. Todos los años, el segundo jueves de Pascua, se reúnen los ayuntamientos de Villafrechós y Pozuelo para festejar el paso de los restos de San Isidoro por allí, y los dos pueblos celebran el traslado.

En Villalpando se construyó la iglesia de San Isidoro (hoy inexistente, donde estuvo inicialmente la campana de La Queda), y fueron donadas a la basílica de San Isidoro de León las iglesias de Santa María la Antigua, San Andrés y San Nicolás de Bari, construidas 100 años después.