Localidades como San Pedro de Latarce, Villanueva del Campo o Medina de Rioseco, fieles a San Antón

Perros, gatos, caballos, tortugas, peces, pájaros y otros animales menos comunes acudirán mañana, 17 de enero, día de San Antón,  junto a sus dueños a las principales iglesias de los pueblos para recibir la conocida bendición.

San Pedro de Latarce

La iglesia de Nuestra Señora de la Concepción de San Pedro de Latarce volverá a convertirse mañana a las 17.00 horas en uno de los principales puntos de encuentro de animales domésticos, que esperan recibir la esperada bendición que les asegure una buena salud durante todo el año. Tampoco faltará la tradicional ‘Relación de San Antón’.

Villanueva del Campo

Villanueva del Campo es otro de los municipios más fieles a esta tradición. La iglesia de Santo Tomás será el escenario de esta celebración. Será a las 18.00 horas.

Medina de Rioseco

Por su parte, Medina de Rioseco ha sido una de las localidades que ha recuperado esta tradición y que desde hace varios años cuenta con una buena aceptación por parte de sus vecinos. La bendición tendrá lugar a las 19.30 horas en la iglesia de San Pedro Mártir.

San Antonio Abad

San Antonio Abad era un monje ermitaño egipcio que nació en el año 250, hijo de acaudalados campesinos, repartió su herencia entre los pobres y se retiró al desierto. Cuenta la leyenda que un cerdo salvaje decidió acompañarle toda su vida, una vez que el Santo le otorgó el milagro de devolverles la vista a sus jabatos. Por eso estamos acostumbrados a una representación de San Antón con un cerdo domado a sus pies, una imagen que le convierte en el protector de los animales. Se cree que la tradición del cerdo de San Antón se remonta al menos a la Edad Media, ya que era costumbre de hospitales y hospederías soltar sus animales para que pastasen libremente por los alrededores. Para evitar que cualquier desalmado los robase, era habitual ponerlos bajo la tutela del Santo. Desde mediados del siglo XVIII, la festividad se celebra en nuestro país con populares romerías que invitan a salir a la calle, encender hogueras, organizar mercados y, por supuesto, desfiles de animales y peregrinajes para la bendición o asistencia a celebraciones religiosas. Según manda la tradición, una vez bendecido el animal, el dueño recibe un panecillo o bollo del Santo que, elaborados con una fórmula secreta que los mantiene tiernos durante bastante tiempo, deben ser