Las iglesias de San Ginés, en Villabrágima, y San Pedro, en Medina de Rioseco acogerán esta celebración, que antiguamente tenía lugar el tercer domingo de cada mes

El coronavirus ha robado días grandes a los pueblos de la comarca. Lo hizo con la Semana Santa, varias fiestas patronales y ahora le toca también al Corpus Christi.

Este año no veremos a los niños y las niñas de primera comunión, luciendo esa bonita ropa ya estrenada y otra vez descolgada de su percha y los nuevos zapatos sacados de la caja tirando a su paso pétalos de rosas, rodeados de familiares, amigos e invitados.

Tampoco estarán los altares en las calles, en los que infantes echados en ellos, rodeados de sus familias recibirían la bendición del santísimo tras el recorrido procesional.

La celebración del Corpus Christi de este año no contará con ningún acto religioso en el exterior de los templos pero “sí habrá alguna pequeña adoración en una estación y bendición”, explica el sacerdote de Villafrechós, Tordehumos, Cabreros del Monte, Morales de Campos, Villaesper, Santa Eufemia del Arroyo, Barcial de la Loma, Villamuriel y Palazuelo de Vedija José Colinas. Asimismo, “en el cado de que alguna familia trajera a un niño para su bendición no habría problema en hacerla, aunque es algo que no está previsto”.

Por su parte, Villabrágima recuperará este próximo domingo la procesión de Minerva, que las cofradías del Corpus Christi antiguamente celebraban el tercer domingo de cada mes. El acto, que tendrá lugar en la iglesia de San Ginés, una vez que haya finalizado la misa. Consiste en un recorrido del Santísimo Sacramento con parada en cada uno de los altares del templo, en este caso seis, además del altar mayor. Asimismo, “el santísimo quedará expuesto durante la jornada hasta las siete de la tarde”, apunta el párroco de la localidad, Francisco Casas.

También, la iglesia de San Pedro de Medina de Rioseco acogerá la procesión de Minerva para este próximo domingo, tras la misa. “Será un pequeño recorrido por el interior del templo que sirve de oportunidad para adorar al Santísimo”, dice el sacerdote de Santa María y Santiago, Juan Carlos Fraile

La Misa de Minerva toma su nombre de la iglesia romana de Santa María sopra Minerva, un templo cristiano levantado sobre otro, pagano, dedicado a la diosa romana de la sabiduría. El Papa Paulo III aprobó, en 1539, la cofradía de la Minerva, que había sido fundada por el dominico Tomás de Stella en dicha iglesia y que se caracterizaba por la defensa de la Eucaristía que tenía entre sus normas la exigencia a los cofrades de asistir, los terceros domingos de mes, a una misa con exposición del Santísimo. Con el paso del tiempo, numerosas cofradías se fueron agregando a la de Roma.